Este capítulo es extraordinariamente rico en presentar las características de los personajes que aparecen en el relato. Por un lado tenemos a un reputado general sirio que sufre  una terrible enfermedad, la lepra. Por otro, a una generosa criada israelita que aun estando cautiva procura por el bien de su amo. Asimismo, al profeta que es el protagonista principal de los primeros capítulos de este libro. Junto a él a su criado Giezi, el cual se revela como un avaricioso que sufrirá las consecuencias de su acto.

1. Naamán el leproso (vv.1-7)

Era considerado por su rey un grande y es calificado como un hombre valeroso, pero enfermo de lepra, un término que englobaba diferentes tipos de enfermedades cutáneas y que no podemos limitar a lo que hoy se conoce con este nombre o enfermedad de Hansen. 

1. Esperanza para un desahuciado (vv.2-4).Una persona poderosa no podía solucionar su enfermedad y en cambio una sencilla criada cautiva pudo darle esperanza  informándole que el profeta Eliseo podría curarle.
2. El aprecio del rey por su siervo(vv. 5-7). El rey era Ben-adad, el cual proveyó de todo lo necesario a su general para viajar a Israel con cartas de presentación para el rey Joram. Este reaccionó de manera suspicaz, entendiéndolo como una provocación  para iniciar una guerra.


2. La intervención de Eliseo (vv. 8-14)

La actitud del rey llamó la atención del profeta y quiso saber los motivos. Una vez conocidos, se ofreció para atender al general sirio (v.8).

1. Los requisitos para sanarle la lepra (vv.9-11). Aunque Naamán se dirigió al domicilio del profeta, este no le recibió, sino que envió un mensajero con lo que debía hacer. Humanamente, fue normal la reacción del sirio,  porque el Jordán era un río estrecho y de aguas turbulentas, mientras que en Siria tenían limpios y caudalosos ríos. Así que regresó a su tierra, pero sus criados le hicieron reflexionar. La indicación del  profeta era para moverle a hacer un acto de fe, no que el Jordán tuviera poderes curativos.
2. El regreso de Naamán (vv.12-14). Haciendo caso de sus criados y superando sus escrúpulos volvió sobre sus pasos y se zambulló siete veces en el Jordán, o sea, de manera completa como lo había dicho Eliseo. A veces la fe tiene que  hacer cosas que nos pueden parecer extrañas.


3. La integridad del profeta (vv. 15-19) 

Gozoso por la sanidad recibida Naamán quiso agradecerle al profeta lo que había hecho, pero Eliseo no se dejó deslumbrar por los presentes que le ofrecía, porque él era un siervo de Dios y este había obrado el milagro. A pesar de la insistencia no quiso recibir nada y eso que vivía de manera humilde. El general reconoce al Dios de Israel como el Dios verdadero y pide que se le dé la carga de tierra de dos mulas  para edificar un altar a Yahweh y ya no sacrificará a otros dioses. Pero debido a su posición en la corte, alguna vez tendrá que sacrificar a sus dioses.

4. La avaricia de Giezi (vv.20-27)
Contrariado por la actitud del profeta, Giezi se fue tras Naamán y con engaño le dijo que le enviaba Eliseo para pedirle algo para dos jóvenes profetas. Actuando solo pensaba que Eliseo no se enteraría y cuando este le pregunta miente cínicamente. Reprendido por Eliseo por lo que ha hecho y como castigo a su doble mentira se queda leproso para siempre.

Conclusión. ¡Qué lección de humildad y amor nos da la joven criada! El pagano Naamán  decide adorar solo a Dios. El profeta nos enseña cómo un siervo de Dios no debe ser codicioso, sino íntegro; y el criado es uno que no sigue el ejemplo de su maestro.