Seguimos  los pasos del ministerio de Eliseo  considerando dos milagros más de los varios que el profeta realizó y que se relatan en este capítulo. Por su extensión no podremos completar la secuencia final, el tercer milagro, lo dejaremos para la siguiente exposición.

1. El primer milagro (vv.1-7)

En esta historia, la viuda de uno de los estudiantes que perteneció a su escuela de los profetas,  llama a Eliseo ante la grave situación en que se halla ella y sus hijos, tras la muerte de su esposo. Las viudas eran, juntamente con los huérfanos y los extranjeros, el grupo social más desfavorecido del pueblo, los cuales dependían para su subsistencia del favor  de sus familiares o hermanos.

1. El problema de la viuda (v.1). La mujer le cuenta a Eliseo el motivo de su clamor: su esposo, que había servido al profeta, había muerto y por razones  desconocidas estaba endeudado y ella tenía que hacer frente a las deudas contraídas por el marido. Aquel hombre fue temeroso de Yahweh, pero no había previsto que podía morirse y dejar a su familia en situación precaria. La piedad no debería estar reñida con la previsión en los asuntos materiales. Para colmo el acreedor la presionaba para que liquidase la deuda y los jueces harían cumplir la ley. Como no tenía con que pagar, ha de vender a sus hijos como siervos (Lv. 25:39-40).
2. La acción del profeta(vv.2-4). Eliseo le pregunta qué puede hacer por ella de manera retórica, porque ya conoce el plan para ayudarla, pues tenía el antecedente de su maestro Elías con la viuda de Sarepta. La viuda solo disponía de una vasija con aceite y tenía que pedir prestadas bastantes vasijas  vacías a todos sus vecinos y cuando las tuviera empezar a echar aceite en cada una, dejando aparte las llenas.
3. El milagro(vv.5-6). Consistió en que mientras echaba el aceite de su vasija a otra se iba llenando totalmente y la dejaba aparte. Como dice Bernardo Sánchez, aquella vasija "fue convertida en manantial de vida". Una vez llenas las vasijas prestadas y no teniendo otras, cesó de fluir el aceite. Así se puso de manifiesto la misericordia de Dios hacia aquella familia pobre.
4. La solución del problema(v.7). ¿Qué haría la viuda con tanto aceite? Eliseo le ordena que lo venda y con el dinero obtenido pague todas sus deudas y como sería bastante el saldo que le quedaría,  tendría suficiente para vivir ella y sus hijos de ahí en adelante. La provisión divina fue maravillosa.
2. El segundo milagro (vv. 8-17)
1. La familia de Sunem (vv.8-10). Eliseo tenía un ministerio itinerante y a menudo pasaba por Sunem, una localidad de Isacar situada cerca de una ladera del monte Moré en la llanura de Esdraelón, en donde era acogido en casa de una familia de elevada posición social para comer. La esposa le sugirió a su marido que podrían prepararle una habitación amueblada con el mínimo necesario. Aquel matrimonio era muy hospitalario.
2. La sensibilidad del profeta (vv.11-13). Por las atenciones que recibía, Eliseo quiso corresponderles y se ofrece para interceder delante de las autoridades, si lo necesitan. Esto muestra la influencia que tenía en la corte.
3. El milagro(vv.14-17). Gieizi, encuentra un motivo para corresponder a la hospitalidad de la familia. Como no tienen hijos ni posibilidad de tenerlos, Eliseo la llama de nuevo y le anuncia que será madre, pero ella piensa que se burla, porque humanamente no era posible. Y se cumplió la palabra dada.

Conclusión. En ambos milagros vemos el poder y la misericordia de Dios a favor de los más necesitados y su providencia solventa las limitaciones de los seres humanos.