Estudios bíblicos

Los profetas no literarios

Azarías, un profeta vocacional

Pedro Puigvert

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Azarías

2 de Crónicas 15:1-8

Seguimos, por orden cronológico, examinando el ministerio de los profetas que sirvieron a Dios anunciando los mensajes que recibían de Yahweh, pero que no tenemos ningún texto canónico de ellos. En este caso se trata de un profeta que vivió durante el reinado de Asá, tercer rey de la dinastía davídica.

  1. La época en que vivió del profeta  (2 Cr. 14)

Corresponde a la del reinado de Asá de Judá, que gobernó a su pueblo durante 41 años, pero el país tuvo sosiego solamente diez años. En realidad cuando Azarías habló con el rey, fue cuando este regresaba de una batalla con su ejército. Asá había obtenido la victoria sobre Zera, un conquistador que procedía de Egipto. Habían transcurrido unos 30 años desde que Sisac había atacado Jerusalén en el reinado de Roboam. Pudo tratarse de un nuevo intento desde Egipto para conseguir lo que Sisac no había logrado. La diferencia de fuerzas era enorme, por eso Asá buscó la ayuda de Dios y Yahweh le otorgó la victoria, además de obtener un inmenso botín.

  1. El llamamiento del profeta (v.1)

Azarías fue investido por el Espíritu de Dios para dar un mensaje de manera puntual, tanto al rey Asá como al reino del sur formado por Judá y Benjamín. Como no tenemos otros textos sobre Azarías, es posible entender que no se trataba de un profeta perteneciente a la escuela de los profetas que tenían un ministerio continuado, sino alguien a quien Dios llamó para dar un solo mensaje que fue crucial por las repercusiones que tuvo.

  1. El mensaje del profeta (vv2-4)

Los judíos regresaron exultantes de la batalla, porque habían visto como Yahweh había respondido a la oración del rey deshaciendo al ejército etíope. Por eso les señala lo que deben hacer después.

    1. Deben buscar a Dios (v.2). Si quieren seguir gozando del favor de Dios debían obedecerle y mantener con él una relación viva y permanente. No era cuestión de buscarlo solamente cuando tenían una urgencia, sino mantenerse siempre en comunión con él.
    2. Les recuerda su pasado (vv.3-4). Durante mucho tiempo Israel había abandonado a Dios dejando de confiar en él. Además, los sacerdotes dejaron de cumplir con su misión de enseñar la ley al pueblo. Cuando en el pueblo de Dios no hay enseñanza de la Palabra de Dios, el vacío se llena con cualquier cosa, casi siempre con sucedáneos religiosos. Cuando se encontraron en aflicción entonces volvieron a Dios.
  1. Los resultados del mensaje (v. 8).

Cuando el rey oyó el mensaje de Dios  ocurrieron dos cosas:

    1. Cobró ánimo. Aparte del gozo por la victoria necesitaba reforzarse psicológicamente para emprender una obra necesaria.
    2. Emprendió una reforma religiosa. Primeramente quitó la idolatría y quebró las imágenes destruyendo los símbolos de Asera. Luego reparó el altar que estaba en el atrio del templo para poder hacer sacrificios. Prometieron buscar a Yahweh de todo corazón. Incluso destituyó de su dignidad de reina madre, a Maaca, por haber hecho una imagen de Asera.

Conclusión. El ministerio de Azarías fue corto, pero eficaz. Con un solo mensaje, el rey realizó reformas y el pueblo juró obediencia a Dios con gran júbilo. Sin embargo, hay tres  baldones en la vida de Asá: no quitó los lugares altos de Israel;  se apoyó en el rey de Siria, en su conflicto con Israel, en lugar de descansar en Yahweh y cuando enfermó no buscó a Yahweh, sino a los médicos, seguramente curanderos extranjeros.



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