Una vez Elías ha cumplido su ministerio, Yahweh llama a Eliseo para sustituirle (1 R. 19:16), el cual empezó cuando Elías fue arrebatado al cielo, en los primeros años del reinado de Joram, segundo hijo de Acab que había accedido al trono tras la muerte de su hermano Ocozías, el cual solo reinó dos años. La vida y obra de Eliseo se relata en dieciocho breves narraciones que iremos viendo en próximos mensajes.

1. El llamamiento de Eliseo (1 R. 19:19-21)

La iniciativa parte de Yahweh cuando había anunciado a Elías que debía ungirle para ser el profeta que le sucedería (1 R. 19:16). ¿Cómo se sentiría Elías?

1. Sus orígenes familiares (vv. 16, 19-20). Eliseo era hijo de Safat y vivía en Abel-meholá situada en el valle del Jordán, cerca del mar de Galilea. Probablemente pertenecía a una familia pudiente, pues cuando le halló Elías araba con doce yuntas de bueyes. Según parece era calvo.
2. Su respuesta al llamamiento (vv.19-21). Al pasar Elías por su lado, echó sobre él su manto. Es evidente que comprendió en seguida el significado de aquella acción, pues dejándolo todo corrió tras Elías pidiéndole permiso para despedirse de sus padres antes de seguirle definitivamente. Cuando regresó hizo una fiesta, matando dos bueyes cociendo su carne con la madera de los arados, en que participó el pueblo. Aquel acto representaba una ruptura con su pasado porque a partir de entonces iniciaba un ministerio como servidor de Elías hasta que este fue arrebatado al cielo. Aquí tenemos un signo del relevo generacional en la obra de Dios. Durante un tiempo realizaron el ministerio juntos, que algunos calculan que fueron unos diez años.


2. Eliseo sucede a Elías  (2 R. 2:1-15)   

El ministerio de Eliseo fue de continuidad del de Elías, de denuncia de la idolatría en los centros de poder, como la corte real. El ministerio de Elías llegaba a su fin y Eliseo debía asumir el oficio profético en una época de apostasía.

1. Su encuentro con los hijos de los profetas (vv.1-5). Los dos profetas venían de Gilgal y se dirigían a Bet-el. Allí se encuentran con una comunidad de hombres que se preparaban para el ministerio profético. Quizás era una de las  escuelas que fundó Samuel, pues había otra en Jericó. De una forma o de otra, en todas las épocas ha habido fieles creyentes que han visto la importancia de la preparación en el conocimiento de la palabra de Dios para ejercer el ministerio. Aquellos le anuncian el inmediato cese de la actividad de Elías.
2. La despedida de Elías y el relevo (vv.6-10). Elías sabe que pronto marchará con el Señor y quiere estar solo, pero Eliseo no le deja y le acompaña todo el tiempo. Tiene la recompensa de ver el milagro de la separación de las aguas del Jordán, como Josué había hecho siglos atrás. Aquel manto de autoridad profética es ahora el instrumento del milagro. Pero lo mejor ocurre después de haber pasado el río, cuando Elías quiere concederle a Eliseo lo que pida. Este reclama una doble porción  de su espíritu, que según Dt. 21:17 significa que deseaba el reconocimiento de ser el heredero del ministerio de  Elías. La condición era que debía ser testigo del traslado de Elías al cielo.
3. La partida de Elías (vv. 11-15).  Dios le tenía preparado un final espectacular que no esperaba. Un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos y Elías subió al cielo en un torbellino, lo que puede considerarse un anticipo de los que serán arrebatados estando vivos cuando el Señor vuelva. Tuvo que ser transformado, porque la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios.

Conclusión. Después del lamento viene la confirmación con el manto repitiendo el milagro de Elías. Observado por la escuela de los profetas reconocen su liderazgo.