Elías, un profeta excepcional
Pedro Puigvert
Es imposible abarcar la vida de este profeta excepcional en una exposición de veinte minutos, por lo que vamos a mencionar solo el primer mensaje y sus efectos. A.W. Pink necesitó escribir un libro de 360 pp., para explicar la vida de Elías. De este profeta no sabemos nada de su llamamiento, sino que aparece de repente para anunciar una sequía y fue quitado por un carro de fuego subiendo al cielo en un torbellino. Junto con Moisés, apareció en el monte de la transfiguración hablando con Jesús.
De Elías solo conocemos que era de Tisbe, una localidad de Galaad, al este del río Jordán, o sea, era un hombre del reino del sur que profetizó en el reino del norte en una de las épocas más corruptas de Israel y el peligro que representaba tener el ministerio profético en Samaria. No sabemos nada de sus padres ni de la tribu a que pertenecía, aunque por la localidad parece que era de Gad o Manasés. Habían transcurrido 58 años desde que el reino se había dividido, siendo Jeroboam el primer rey del norte y Acab el séptimo u octavo si se cuenta a Tibni; todos ellos fueron monarcas malvados, pero Acab y su esposa filistea Jezabel los superan a todos (cf. 1 R. 16:30-32).
El ministerio de Elías (mi Dios es Yahweh) no fue fácil, tuvo que dejar su ciudad del sur y dirigirse al norte para anunciar al cruel rey un mensaje de juicio (v.1): no habría rocío ni llovería en Israel en los próximos años hasta él lo ordenase. Acab había desafiado a Yahweh, el Dios vivo y soberano de cielos y tierra. Ahora en nombre de este Dios se presenta un montañés del sur para decirle que su tierra será castigada porque los cielos se cerrarán. El impacto y la reacción del rey a aquel mensaje de juicio eran de esperar.
Conclusión. En la vida de Elías hay otros sucesos extraordinarios que veremos D.m. en otras exposiciones, De este pasaje podemos extraer lecciones importantes. Dios prepara y envía siervos en cada generación para anunciar su palabra. El Señor prueba también a sus siervos para que aprendan a confiar en él en medio de circunstancias adversas. Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a la nuestras, y oró para que no lloviese y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses (Stg. 5:17). Era profeta y hombre de oración que supo depender de Dios en su ministerio. Yahweh pudo haber usado otros medios para sostener al profeta, pero sus decisiones son impredecibles y debemos confiar siempre plenamente en él que nos dará lo que necesitamos.
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