El profeta Iddo
Pedro Puigvert
De los tres textos en que aparece su nombre, se le llama vidente en dos ocasiones y profeta en otra. Esto tiene su importancia, puesto que vidente en hebreo es hozeh que es la forma activa de un verbo que significa "ver" y de ahí que se traduzca por vidente, uno que recibía revelaciones de Dios. Sorprende que a este profeta se le llame de este modo, por cuanto su ministerio consistió en escribir la historia y la denuncia del rey Jeroboam. Pero también es curioso que un profeta que no figura entre los que forman parte del canon, se haya dedicado a la literatura. Por otro lado, la forma más habitual para profeta es nabhi, un término que procede de una raíz que significa llamar. Así que el profeta es aquel que ha sido llamado por Dios para dar un mensaje al pueblo de parte de Dios, ya sea para censurar su conducta o para anunciar juicios de parte de Dios. No era un adivino.
Iddo, es llamado en la primera cita Ye'dó, residió en Jerusalén en la parte final del reinado de Salomón y el principio de su sucesor Roboam. Este anduvo en los perversos caminos que había seguido su padre en las postrimerías de su reinado, cuando edificó lugares altos llenándolos de postes de Asera, la divinidad cananea de la fertilidad, y por causa de lo cual Dios castigó a Salomón, pues a su muerte el reino se partió. Lo que Dios dice lo cumple, por lo que no podemos pasar por alto que el pecado que no ha sido remitido, trae consecuencias aunque no sea en la misma generación, sino en la siguiente y hasta la cuarta.
El hecho de ser llamado vidente, cuya función era recibir revelaciones de Dios, implica que tenía una comunión muy estrecha con Yahweh y su condición espiritual era muy prominente. Por otro lado, el que se asocie su ministerio con la literatura, indica que era un hombre que tenía una capacidad intelectual elevada. En 2 Cr.13:22, dice que los hechos, los caminos y los dichos de Abías o Abiyam formaban parte de la historia que había escrito Iddo. Es interesante que en el original se use la palabra midrash, traducida por historia, para referirse a los escritos del profeta. Midrash, puede ser un método de estudio o investigación de la ley de Dios o un comentario sobre unos hechos como aquí. Ya desde el AT, un profeta puede servir a Dios escribiendo y no solo predicando.
Partiendo de 2 Cr. 9:29, lo primero que leemos es que era escritor, es decir, un intelectual, años atrás no muy bien visto en las iglesias. Decir teólogo era sinónimo de publicano y pecador. Triunfaba entonces la noción de necio opuesta a sabio. En 2 Cr. 12:15, dice que escribió un libro de genealogías que incluía detalles históricos. Y en 2 Cr. 13:22, como hemos visto, escribió una comentario histórico sobre el rey Abías.
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