Sermones: Los atributos de Dios

Introducción

Pedro Puigvert

 

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Lectura Salmo 139:1-18

Con el desarrollo de esta serie de exposiciones nos proponemos una tarea ardua porque el objetivo de nuestro análisis es una parte de la doctrina de Dios, la que hace referencia a sus atributos. El Señor Jesucristo, en su famosa oración sacerdotal definió la vida eterna como conocimiento del Dios verdadero y de Jesucristo su enviado (Jn. 17:3).

Conocer en el evangelio de Juan, no es meramente un acto intelectual, sino una relación íntima de comunión con otra persona, en este caso el único Dios verdadero y de Jesucristo. No se trata solamente de una condición para obtener la vida eterna, sino que es la vida eterna misma. Éste es el principio de toda teología verdadera y de toda soteriología genuina. Pero para empezar debemos reconocer nuestras limitaciones para conocer a Dios y dar una explicación de su ser divino, aparte de la revelación que él ha hecho de sí mismo. Lo finito no puede comprender lo infinito. La incisiva pregunta de Zofar a Job así lo indica: "¿Crees que puedes penetrar en los misterios de Dios y llegar hasta lo más profundo de su ser?" y la respuesta tiene la fuerza de una negativa. Aparte de la revelación de Dios en sus atributos no tenemos conocimiento alguno del ser de Dios.

Es conocida la distinción que hizo Lutero entre el Dios escondido y el Dios revelado, pero al mismo tiempo afirma que al conocer al Dios revelado, solamente lo conocemos en su inaccesible ocultamiento. Con esto da a entender que hasta en su revelación no se ha manifestado enteramente como es en su esencia, sino que ésta todavía permanece cubierta de impenetrable oscuridad. Conocemos de Dios solamente hasta donde nos lo
permiten sus relaciones con nosotros.

  1. Significado de atributo.- Tenemos que confesar que el nombre "atributo" tan ampliamente difundido, no es el más adecuado, pero nos sirve como referencia porque su uso es universal. No es el nombre ideal porque transfiere la noción de añadir o asignar algo a uno, y por tanto, se presta a crear la sospecha de algo que se añade al ser divino. También podríamos definir el término como aquello que se atribuye a Dios y le pertenece por naturaleza. Somos conscientes que el nombre no aparece en la Biblia, pero se ha acuñado para describir las perfecciones de Dios.

    Lacueva da la siguiente definición de la noción de atributo: "toda perfección característica de Dios que la Santa Biblia nos presenta como perteneciente al ser divino y capaz de ser manifestada a sus criaturas. Estas perfecciones con realidades afincadas en la propia esencia de Dios, no como cualidades adheridas al ser de Dios (como si fueran clavos hincados en un trozo de madera), sino como al que, conjuntamente y sin división, constituye la plenitud del ser de Dios".

    Otros proponen que usemos el término "propiedades" en lugar de "atributos" por ser más adecuado. Dicho vocablo sirve para señalar algo que es propio de Dios y no solamente se le atribuye, por lo que así no daría la impresión que se le añade algo al ser de Dios. También se ha propuesto que sea designado como "perfecciones" y que Dios se revela en ellas. De ahí deriva la siguiente definición: "Son las virtudes atribuidas al ser divino en la Escritura, visiblemente ejercitadas por él en las obras de Creación, Providencia y Redención". Lo realmente importante, tanto si empleamos uno u otro término es que tengamos una noción correcta de lo que queremos decir.

  2. Clasificación de los atributos divinos.-Clasificar los atributos de Dios de manera satisfactoria dentro de un cuadro, resulta tan difícil como intentar definir el ser de Dios. Se han sugerido diversas clasificaciones a lo largo de la historia dándoles un nombre para identificarlas. En honor a la verdad, solamente existen dos clases de atributos, propiedades o perfecciones. Aquellas que pertenecen a Dios de manera absoluta y exclusiva, y aquellas que pueden ser compartidas por el ser humano.

    Pero en todos los casos no debemos verlo como entidades separadas ya que Dios es indivisible y por tanto nos afirmamos en que Dios es uno, absoluto, inmutable e infinito en su conocimiento y sabiduría, en su bondad y en su amor, en su gracia y misericordia, en su justicia y santidad. La clasificación en dos es solamente a efectos didácticos, pero no hay diferencia entre ellos porque todos le pertenecen por igual.

    1. Naturales y morales.
      Los naturales son los atributos que le pertenecen a Dios por naturaleza y que ostenta en exclusiva, como por ejemplo, la propia existencia, la unidad, la infinitud, la Omnisciencia y la Omnipotencia. Los morales son aquellos que pueden ser transferidos al ser humano, como por ejemplo, la bondad, la misericordia, el amor, la justicia, la santidad, etc. El creyente puede compartir estos atributos ya que por el nuevo nacimiento ha venido a participar de la naturaleza moral de Dios, no de la esencial. Algunos objetan que los que se llaman morales son también atributos naturales, es decir, originales de Dios tanto como los otros. Es verdad, pero unos son participativos y los otros no lo son. Por tanto, como vocabulario para entendernos es correcto.

    2. Absolutos y relativos.
      Los absolutos corresponden a la esencia de Dios considerado en sí mismo. En esta clase se incluyen atributos como la existencia propia, la inmensidad, la eternidad etc. Los relativos corresponden a la esencia divina en relación con su creación. En esta segunda clase se incluyen atributos como la Omnipresencia  y la Omnisciencia, pero me parece que esto no es adecuado porque ambos son absolutos o todos son relativos.

    3. Inmanentes y transitivos.
      Los primeros son aquellos que no se proyectan ni operan fuera de la esencia divina, sino que permanecen inmanentes, es decir, unidos inseparablemente al ser de Dios, pero podemos objetar que podrían estar al margen del ser y no constituyendo el mismo ser. Los transitivos son aquellos que irradian y producen efectos externos de Dios, como la Omnipotencia, la Benevolencia, la Justicia etc., pero también podemos objetar que la Omnipotencia es inherente al ser de Dios.

    4. Incomunicables y comunicables.
      Los primeros son aquellos que no se pueden transmitir al ser humano porque le pertenecen a Dios de manera exclusiva, como por ejemplo, la Aseidad (existencia por sí mismo), la Inmensidad, etc. Los segundos son aquellos que son comparables con las propiedades del hombre, como por ejemplo, el poder, la bondad, la compasión, la justicia, etc.

    5. Ónticos, Operativos y morales.
      Como el separarlos en dos parece que no era suficiente,  el Dr. Lacueva nos propone una triple clasificación muy escolástica. Sugiere que debemos hacernos tres preguntas: 1) ¿Qué es Dios? Responde que Dios es uno, espiritual e infinito. Estos atributos serían ónticos, es decir, relativos al ser de Dios. 2) ¿Qué hace Dios? Responde que Dios piensa (Verdad), Dios quiere (Amor), Dios puede (Poder). Estos atributos los llama operativos porque tratan de los planes y acciones de Dios. 3) ¿Cómo obra Dios? Responde que lo hace con Bondad, Santidad y Justicia. A estos los llama morales porque son relativos a la conducta de Dios.

Conclusión.
Tendremos ocasión de analizar cada uno de estos atributos en profundidad, en exposiciones sucesivas, con el objetivo de conocer mejor a Dios.

 


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