Estudios bíblicos

Los profetas menores

El profeta Miqueas

Pedro Puigvert

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El profeta Miqueas

Su nombre es la forma abreviada de Mîkayâhû que significa ¿Quién es como Yahweh? Elprimer versículo delimita los años en que profetizó entre los reinados de Jotam (742 a.C.) a  Ezequías (687 a.C.). Por otro lado, Jeremías señala que Miqueas profetizó en tiempos de Ezequías (Jer. 26:18). Se puede, pues, deducir que realizó la mayor parte de su ministerio entre los años 725 a 701 a.C. Miqueas procedía de Moreset-Gat, una localidad situada en la frontera con Filistea. Era un valle fértil atravesado por  una ruta comercial. En tanto que hombre del campo, Miqueas miraba la ciudad con desconfianza y consideraba la vida de esta como responsable de la situación que reinaba en Judá (1:5, 6:9). Profundamente consciente de su vocación profética y de la autoridad de Dios en su propia vida (3:8, 7:7), estaba dispuesto a obrar en solitario contra la opinión del pueblo.    Con un lenguaje fuerte, denuncia con detalle los pecados de Israel y el juicio divino, si no se arrepienten. 

1. Su estructura

                   a) Presentación de Miqueas (1:1)

                   b) Juicio sobre las ciudades principales (1:2-16)

                   c) Los motivos de la ira de Dios (2:1-11)

                   d) Una mirada al futuro (2:12-13)

                   e) La culpabilidad de los dirigentes (3:1-12)

                   f) Un presente negro y un futuro dorado (4:1-5)

                   g) La perspectiva de días buenos (4:6-5:15)

                   h) Dios contiende con Israel (6:1-16)

                   i) El poema triste de Miqueas (7:1-7)

                   j) Miradas sobre el futuro (7:8-20)   

En el libro se pueden distinguir básicamente tres bloques:

1. Primer bloque: cap. 1-3.

    En un primer momento (1:2-16), el tema se centra en el juicio de condena de los reinos del Norte y del Sur, provocada por su conducta indigna. Después el profeta denuncia a  los ricos opresores que se apoderan de las tierras de los pequeños propietarios de forma ilegal y abusan de los préstamos. El profeta ha de desenmascarar a las clases dirigentes  y a los profetas oficiales (falsos profetas) que solo vaticinan aquello que complace a la gente y lo hace con palabras cargadas de ironía (2:1-11). Seguidamente, ve la condena directa de los gobernantes y de los falsos profetas (3:1-12). Autoridades, sacerdotes, profetas y cortesanos extravían al pueblo, y por eso Miqueas afirma solemnemente que Jerusalén y el templo serán destruidos (3:12). El impacto de esta profecía fue tan grande que cien años después todavía se recodaba (Jer. 26:18-19).

2. Segundo bloque: cap. 4-5.

    Está constituido por un conjunto de oráculos referidos al futuro, que anuncian un tiempo de paz y bienestar, en el cual Jerusalén será el lugar desde donde el Señor instruirá y reunirá a todas las naciones. Asimismo, no faltan referencias a los momentos de sufrimiento que habrá de padecer el pueblo.

3.   Tercer bloque: cap. 6-7.

      En los últimos capítulos, Miqueas se dirige directamente al pueblo de Israel. En medio de una escenografía espectacular, Dios empieza a acusar a su pueblo, evocando las acciones salvadoras que ha hecho en el pasado y recordando cual es el auténtico sacrificio que desea: aquel que nace de la conducta justa y de la sinceridad del corazón, de la práctica del bien y de la justicia, así como del humilde servicio al Señor. La profecía termina con un lamento y una oración: el profeta de siente abandonado porque no hay quien sea recto y honesto, pero a pesar de todo él continua confiando en el Señor (7:1-7). En el pasaje final (7:8-20), Israel reconoce delante del Señor el castigo merecido por su infidelidad. La profecía termina con una oración llena de esperanza en la restauración espiritual y material que Dios llevará a cabo.    

2. Sus características
  1. La situación histórica. Miqueas vivió en un tiempo de crisis. Las dos superpotencias, Egipto y Asiria, combatían para imponer su supremacía y Judá gozaba de cierta prosperidad, como consecuencia del largo y estable reinado de Uzías (791-739 a.C.). Pero no todo estaba tan bien. Ezequías era un buen rey desde el punto de vista religioso (2 R.18-20); sin embargo, en el plano político le faltaba autoridad. Emprendió, quizás bajo la influencia de Miqueas, una reforma religiosa, pero sus reformas no cambiaron al pueblo. El país estaba corrompido. Los ricos se enriquecían a costa de los pobres; los jueces daban su apoyo a los que les pagaban más y los profetas y los sacerdotes amaban más el dinero que a Dios. El pueblo incumplía las leyes divinas, los ídolos se levantaban en todo lugar,  no obstante, ellos persistían en creer que Dios los prosperaría. En 722 a.C., el reino del norte Israel fue destruido. Este acontecimiento debería haber servido de advertencia a Judá, pero en lugar de esto siguió el mismo camino de corrupción. El libro de Miqueas NO es un discurso único pronunciado de una vez. Es un conjunto de mensajes variados, que de hecho pasa frecuentemente y muy rápido, de un tema a otro. Presenta una alternativa entre las profecías de juicio sobre Judá, a causa de sus pecados, en que el pueblo es culpable, profecías acompañadas de descripciones evocadoras, también de los pecados cometidos y del castigo, y de las profecías de un futuro radiante que seguiría al juicio.

3. Su mensaje teológico
  1. Dios es santo. El pueblo estaba en camino de  confundirse pensando que podía evitar el castigo a despecho de su egoísmo, su crueldad y su corrupción. Dios es sin pecado y bueno y no puede dejar hacer el mal. Todo pecado tiene que ser castigado y lo será (1:2-5, 5:9-14).

  2. Dios es justo. A diferencia de los responsables de Israel, Dios no se deja comprar. Los ricos y los poderosos no serán tratados de una manera especial. Dios les aplicará el castigo en relación con sus faltas (2:3-7, 3:4,9-12).

  3. Dios tiene sus exigencias. Él espera de su pueblo, no un compromiso de labios, sino de actitudes, un comportamiento, una vida entera que esté en armonía con lo que profesan (6:8).

  4. Dios es Soberano. Se puede tener la impresión que el mundo escapa a su autoridad, que todo va mal y que las naciones ateas toman  la delantera. Pero las cosas no son siempre como aparentan. El mundo es el mundo de Dios y es él  quien dirige la historia (4:8-13, 7:8-10).

  5.  Dios vigila. Dios ha amado constantemente a su pueblo y siempre será así. El pueblo sufrirá el castigo merecido, pero existe una esperanza para el tiempo que seguirá. Una nueva y gloriosa vida espera a los que marchan realmente con el Señor (2:12-13, 6:3-5, 7:14-15).

  6. Dios se ocupa del mundo entero. Los planes de Dios no se aplican exclusivamente a Israel, sino a todas las naciones. Los males de las naciones serán también castigados, aunque ellas tendrán también un lugar en los tiempos maravillosos que vendrán (4:1-4, 7:16-17).

  7. Dios enviará un Salvador. Mucho tiempo después, nacerá uno que librará al pueblo y será un verdadero pastor. Vivirá humilde y nacerá en el pueblo de Belén. Será una persona cuyos "orígenes se remontan  hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales" (NVI).

4.  Los temas principales. 
  1. El juicio. Los pecados del pueblo de Judáatañena todos los ámbitos de la vida (2:1-11, 3:1-12, 6:9-16). Por estas referencias vemos los pecados del pueblo y lo que Dios cumplirá contra él. El castigo es proporcional a la falta y también cómo las cosas que Dios no permite a su pueblo son causa de problemas.   

  2. La justicia. Dios es un Dios justo y espera de su pueblo la justicia. Observemos como todas las referencias a la justicia en este libro son consideradas la mayoría de ellas desde un punto de vista  práctico y no solamente como una idea abstracta. 

  3. La esperanza. En Miqueas se expone una esperanza clara para el futuro. Se funda sobre el conocimiento de Dios y su Palabra  (2:12, 4:4,6). El profeta contempla el futuro para Jerusalén (4:1-3,8 ,13), para el resto (2:12, 4:6,7.10, 5:6-7) y para todas las  naciones (4:2-4).

  4. El perdón. El libro termina con una descripción del perdón gratuito de Dios (7:18-20). Estos versículos son leídos por los judíos en el día de la expiación  cuando quieren purificarse de los pecados del año pasado.

5. Análisis del contenido
  1. Presentación del profeta (1:1). Miqueas fue contemporáneo de Isaías. Quizás era un poco más joven. Como no menciona a Uzías es probable que empezara su ministerio más tarde que Isaías, ya que este sí  menciona a dicho rey. Como no dice nada con referencia a la invasión de Senaquerib en los días de Ezequías es probable que terminase su tarea antes que Isaías. Identifica su población natal como Moreset que es la misma que la de 1:14, ubicada en las tierras bajas del occidente de Judá a unos 32 km. al sudoeste de Jerusalén. Miqueas muestra una gran preocupación por los pobres al provenir de un entorno rural de gente pobre. La profecía se abre con la expresión: Palabra de Yahweh que vino. Sienta la base que el mensaje procede de Dios, es de decir, se trata de la revelación divina y nos recuerda que Dios ha hablado (He. 1:1). Esta revelación es dada en forma de visión acerca de Samaria y Jerusalén, es decir, la capital  del reino del norte y la del reino de Sur.

  2. Juicio sobre las ciudades principales(1:2-16). Se dirige a todos los pueblos, lo que implica no solamente un mensaje para el pueblo de Dios, sino que su alcance es universal. La primera parte del v. 2 es un paralelo sinónimo de la segunda: "Escuchad" y "prestad atención" son términos sinónimos, como también lo es "pueblos todos" y "tierra y todo lo que hay en ella". No olvidemos que está expresado en poesía.  

    • *En el v. 3, Yahweh sale de su lugar para traer justicia y destrucción a la tierra.  *En el v.4 se encamina a las cumbres de los montes porque eran los lugares en donde había los centros de adoración idolátrica. A su paso los montes se derriten. Desde el tiempo de Salomón, Israel había optado por participar en las costumbres religiosas cananeas y tanto él como Acab permitieron la adoración de Baal, el dios de la fertilidad (1 R. 11:1-8; 16:29-33) además de otras deidades. Las prácticas religiosas pronto fueron las que se celebraban en los lugares altos durante el reinado de Acaz (1:7; 2 R. 16:1-4). La presencia de Dios produce una devastación catastrófica como la de un volcán y un terremoto, o las avalanchas provocadas por las lluvias torrenciales.

    •        *El v. 5 muestra que el desastre se había producido como consecuencia de la corrupción de Israel, la degeneración moral de ambas naciones representadas por sus capitales Samaria y Jerusalén. Yahweh actúa de manera soberana con justicia sobre todas las naciones. Ni las altas montañas pueden resistir el poder y la santidad divina. El sincretismo había penetrado en el corazón del pueblo a través de la adoración de los baales. Su religión era ya el baalismo.

    •         *Los vv. 6-7, tratan del juicio sobre Samaria que ocurriría de manera inminente (el 722 a.C.) y sería tan completa que la convertiría en un montón de escombros. Las tropas asirias  destruirían sus ídolos, los tesoros y los monumentos votivos,    mientras que la destrucción de Jerusalén no ocurriría hasta alrededor de  140 años más tarde en el 586 a.C.

    •        *La sección que sigue (v.8-16) es un angustioso lamento del profeta por los acontecimientos estremecedores que ocurrirán en el futuro. Por un lado el profeta prevé la marcha de las huestes asirias bajo el mando del rey  Salmanasar V (2 R. 17:1-7). Por otro lado, también contempla  las fuerzas caldeas bajo el reinado de Nabucodonosor, casi ciento cuarenta  años después. Se mencionan doce ciudades, cuyos nombres presagiaban un juicio irremediable. Compara su grito de dolor con el del chacal (tannim en hebreo), un animal que emite un aullido en la noche  que empieza con un estridente alarido prolongado y repetido en un tono agudo. Asimismo su gemido es semejante al del avestruz que difunde un pavoroso y doliente lamento. La herida incurable de Samaria (v.9) es su pecado, también se puede traducir por "llaga dolorosa" o "desesperadamente enferma"; la misma palabra es usada de manera figurada aplicada al corazón del hombre (Jer. 17:9). El contagio es grave pues ha llegado hasta Judá y se ha extendido (ha hecho metástasis) hasta llegar a la misma ciudad de Jerusalén. Aquí se tiene en vista el futuro en que la ciudad será destruida por los caldeos.

    • *A partir de ahí empieza la mención del juicio tipificado por el nombre de las ciudades. Empieza por Gat,  nombre que suena  como el verbo que significa anunciéis, haciendo un juego de palabras. Era la ciudad filistea más cercana a Judá, la cual sería la primera en alegrarse del desastre de Judá. Por eso debían mantenerlo en secreto y no exteriorizar su llanto de manera que se percibiese su dolor. Bet Leafrá, significa Casa del Polvo y posiblemente se trate de la misma Ofra en Benjamín, cerca de Betel, sugiriendo el polvo con que harían su luto los israelitas. Safir, significa placentero que venía a acentuar irónicamente el rasgo de su condición de desnudez y humillación cuando los caldeos los llevaran al exilio. Zanán, suena como el verbo que significa salir y de ahí la mención "no se atrevieron a salir", una referencia a lo que el pueblo no podría hacer durante el asedio. Bet Ésel, significa Casa de Cercanía,  tal vez lo mismo que Azal en Zac. 14:5, al este de Jerusalén y sugeriría la proximidad del doloroso asedio cuando sucediese la pérdida del apoyo divino. Marot, suena como la palabra que significa amargura, producida por los retortijones, pues están esperando el bien y Yahweh les envía el mal (los invasores) hasta la misma puerta de Jerusalén. Laquis, al sudoeste de Judá suena como la palabra que significa corceles. Fue una de las primeras ciudades que permitió el culto a los baales en Israel. En su momento tenían que preparar sus caballos para salir huyendo cuando los invasores estuvieran cerca. Por eso debían despedirse de Moréset Gat la población del profeta cuyo significado es una mujer prometida, es decir, dada como esta población sería entregada a los invasores. Aczib, significa destrucción, un nombre muy expresivo para señalar el fin de los edificios de Jerusalén. Maresá, suena como una palabra que significa conquistador, o tomar posesión y era una localidad  situada al noreste de Laquis. El conquistador llegaría hasta Adulam, nombre de la cueva en la cual se escondió David de Saúl (1 S. 22:1) donde irá a parar  la  flor y nata de Israel,  es decir,  el ejército y la nobleza. Cuando se llevaran a sus hijos al cautiverio babilónico, haría luto expresándolo exteriormente rapándose tanto la cabeza como la barba. Los buitres pierden sus plumas de la cabeza como un símil de rasurarse los cabellos y los pelos, una forma muy gráfica de expresarlo.


  3. Preguntas para reflexión y aplicación

    • ¿Cómo viene hoy a nosotros la palabra de Yahweh?
    • ¿Qué atributo de Dios es más necesario enfatizar hoy?
    • ¿Cuál era la gran preocupación del profeta?
    • ¿Dónde están hoy los lugares de adoración idolátrica?
    • ¿Cómo es el baalismo de hoy, es decir, el sincretismo?


    BAAL. Este nombre hebreo significa "amo", "poseedor", "esposo" y se refiere a una divinidad específica, Hadad, el dios de la tormenta que era la divinidad más importante del panteón cananeo. No está claro hasta qué punto los baales locales se equiparaban con, o se distinguían de Hadad. El baal que fue enfrentado en el monte Carmelo (1 R.18) era probablemente Melkart, el dios de Tiro. El uso del plural (1 R.18:18) puede significar que se distinguía más de uno. Los cultos a Baal afectaron y constituyeron un desafío al culto de Yahweh. Esta divinidad tenía sus consortes: Astarot y Asera. Se le llamaba también hijo de Dagón. La Biblia lo muestra como una divinidad de la naturaleza; en la mitología se le describe en conflicto con la muerte, la infertilidad y las aguas de inundación, surgiendo victorioso como "rey" de los dioses. Yahweh era "amo" (Señor) y "esposo" para Israel. Esto llevó a que le llamaran "Baal", pero esta práctica condujo a una confusión entre el culto a Yahweh y los rituales a los baales y llegó el momento en que se tuvo que buscar otro título para designar a Dios. En Os. 2:16 se propuso Ishi (mi esposo, de Is "esposo"). El NT se hace eco de esta divinidad por el nombre hebreo Baal-Zebub; Beelcebú, en griego (señor de las moscas), del dios de Ecrón, al que Ocozías, rey de Israel quiso consultar durante su última enfermedad (2 R. 1:1-6,16). El nombre pasó al griego con el significado de príncipe de los demonios (Mt. 12:24,27, Mr. 3:22, Lc. 11:15, 18 y ss), es decir, Satanás (Mt.12:26 y pp.). También puede haberse entendido como "señor de la casa" (Mt. 10:25b).     



  4. Los motivos de la ira de Dios (2:1-11). El profeta pronuncia una profecía de lamentación  y de disputa y da las razones para un juicio inminente de Jerusalén. Miqueas acusa a los líderes de Judá de robar las propiedades del pueblo (vv. 1-2, 8-9) para poder mantener su nivel de vida. Aún de noche estaban despiertos maquinando la manera de en que podían explotar a los pobres y cuando llegaba la mañana lo llevaban a cabo porque tenían el poder en sus manos (su mano es como un dios). "Codician" es el mismo verbo que en el décimo mandamiento, que ellos quebrantaban y además  hurtaban  las heredades, como Acab cuando codició y se apoderó de la viña de Nabot (1 R. 21). Esto significaba que las familias se veían privadas de las heredades de sus antepasados, que les habían sido adjudicadas por Dios (1 R. 21:4).

    • *En consecuencia (v. 3), Yahweh tomaría cartas en el asunto y ejecutaría su juicio sobre los que habían logrado evadir a la justicia humana y traería desgracia de la que no podrían escapar. "Esta familia", aquí significa la familia del rico opresor. Una ilustración de cómo quedarían la tenemos en la figura de no poder sacar el cuello por el peso de la desgracia, es decir, no podrían andar erguidos de manera altanera, porque había llegado la hora de su desgracia.

    • *En aquel tiempo (v. 4), se refiere a la época en que Dios intervendría en juicio: se les hará burla, y se les cantará este lamento: "estamos perdidos! Se están repartiendo los campos de mi pueblo. ¡Cómo me los arrebatan!  Nuestra tierra se la reparten los traidores." (NVI). Cuando sean llevados por sus enemigos lamentarán haber robado aquellas partes de la tierra prometida que pertenecían a las familias. Los rebeldes o traidores (hebreo sobeb) son los invasores paganos, en RVR60 dice "los otros". 

    • *Estos opresores (v. 5) que se quedan con los campos, no tendrán descendencia para repartirse la heredad como lo habían hecho los antepasados en los días de Josué.

    • *El v. 6 es una mención al rechazo que hacen los judíos del mensaje de los profetas diciendo: "¡No nos vengas con que el oprobio nos alcanzará!"(NVI).

    • *Las preguntas del v. 7, llevan implícita la negación. El Espíritu de Yahweh no se ha acortado (El texto hebreo es oscuro aquí y hay distintas traducciones de la primera pregunta). La referida a las obras tiene que ver con los juicios de Dios que ellos creían que no sucederían porque eran el pueblo del pacto. Pero también este v. se puede traducir de modo distinto: "Los descendientes de Jacob declaran: "¿Acaso ha perdido Yahweh la paciencia? ¿Es esta su manera de actuar? ¿Acaso no hacen bien sus palabras? ¿Acaso no caminamos con el Justo?"

    • * En el v. 8,  vemos que tomaban las pertenencias de los viajeros indefensos y de los que escapaban del horror de la guerra. Su pecado era el robo contra los viajeros o los extranjeros que pasaban por su territorio quebrantando de este modo la ley (Éx. 22:21).

    • * En el v. 9, los que habían concedido hipotecas expulsaban a las viudas y a los huérfanos de sus preciosas casas quitando de la boca de sus niños  la perpetua alabanza a Dios (Sal. 8:2)  para tener asegurado así el cobro del préstamo que había pedido el fallecido.

    • * En el v. 10, los judíos que se habían  corrompido son ahora impelidos a levantarse y marchar a la cautividad porque su tierra ya no puede soportar la contaminación de su pecado y como dice la NVI el lugar  "está destruido sin remedio".

    • * El v. 11, "Si con la intención de mentiros llega algún embustero y os dice 'Yo os anuncio vino y cerveza', este pueblo lo verá como un profeta" NVI), trata de los falsos profetas que siempre estaban dispuestos a predicar un mensaje popular que cayera bien a la gente, anunciando bendiciones mundanas y goces sensuales con un desconocimiento completo de las condiciones espirituales y morales que son las que convenían al pueblo.

    Preguntas para reflexión y aplicación

    • ¿Hasta que punto debe la Iglesia practicar la denuncia profética?
    • ¿Por qué la codicia es un pecado tan grave?
    • ¿Qué enseña este capítulo sobre la justicia divina?
    • ¿Qué sucedía con el impago de las hipotecas? ¿Cómo reacciona Dios?
    • ¿Cómo son hoy los falsos profetas?

  5. Futuro glorioso del remanente fiel (2:12-13). Después de anunciar el juicio, Yahweh les da una promesa de liberación que va más allá del regreso de Judá de la cautividad babilónica ya que apunta a un futuro glorioso del verdadero pueblo de Dios, el resto fiel bajo la guía del pastor-rey que ha recogido a sus ovejas en su aprisco. En contraste con el mensaje de los falsos profetas que anunciaban seguridad, el Señor les da un mensaje de aliento que es para el remanente de los verdaderos creyentes. Es interesante que aquí aparezca nuevamente la idea del remanente,  que desarrollará en 4:7, 5:3, 7, 8; 7:18, noción que ya había sido anunciada en Am. 5:15, así como en Is. 10:21-22, contemporáneo de Miqueas, que irá tomando cuerpo en el resto del AT (Jer. 23:3, 31:7) y que Pablo expondrá magistralmente en Ro. 9:27-28, 11:1-24.

    • El. v. 12, se refiere a la esperanza de Israel que no está ligada a ninguna acción política que pudiera librarles de la cautividad, ni a ninguna reforma religiosa como las llevadas a cabo por Ezequías y Josías; todo esto en cuanto al futuro casi inmediato, sino que será por la intervención directa de Yahweh que juntará a todo el pueblo, que matiza seguidamente que este "todo" será el "remanente", la minoría de los verdaderos creyentes que habían permanecido fieles durante el exilio. La segunda parte del v. 12 se ha traducido de maneras diferentes: "los congregaré como a rebaño en el aprisco, como a ovejas que, en medio del pastizal, balan huyendo de la gente" (NVI); "l'agruparé com les ovelles de Bosrà, com a remat enmig de les seves pastures. Seràn mes nombrossos que els habitans de d'Edom" (LBI); "Los agruparé como ovejas en el aprisco, como rebaño en medio de su pastizal, harán estruendo por la multitud de hombres" (LBLA); "Los juntaré como ovejas en el redil, como rebaño en el pastizal, y harán el ruido de una multitud" (DHH). El texto hebreo tiene "ovejas de Bosra", pero como es una frase ambigua, otras versiones se han inclinado por traducir su significado: "ovejas en el redil o aprisco" porque Bosra, en Edom era un lugar conocido de cría de ovejas. LBLA, suple la frase "por la multitud" en cursiva para darle sentido y la LBI añade "habitans de Edom" el país de Bosra. La versión LBLA es la más fiel porque la frase "estruendo por la (multitud) de hombres" no tiene apoyo en el texto hebreo. El remanente que vuelva del exilio hará estruendo de hombres, no  las ovejas comparadas.

    • En el v. 13 el que abre caminos, o abre brecha,  es el libertador de su pueblo de la cárcel de la cautividad de Babilonia. Esta figura del libertador o salvador aparece ya en Abd. 21 como título mesiánico. El rey es también Yahweh o su Mesías. Esta revelación del Señor es mucho mejor que las profecías banales de los falsos profetas que querían engañar al pueblo con ilusorias promesas de deleites mundanos. Los dos versículos juntos apuntan además a la era mesiánica de la promesa de un solo rebaño y un solo pastor. Jesús en Jn. 10 enseña que el redil es el nuevo pueblo de Dios. Los que entran por la puerta que es Cristo, encuentran la salvación en el reino de Dios y son guiados a deliciosos pastos espirituales donde pueden saciarse plenamente. En Miqueas tenemos la mención del remanente de Israel, en Juan, Jesús dice que tiene otras ovejas que no pertenecen al redil de Israel que son los gentiles que también formarán parte del mismo redil y habrá un solo rebaño y un solo pastor.


    Preguntas para reflexión y aplicación

    • ¿Qué importancia tiene la noción del remanente en la doctrina de la salvación?
    • ¿En qué momento juntaría Dios a Israel?
    • ¿Qué nos sugiere la figura del rebaño en medio del aprisco?
    • ¿Cómo abrió el Señor el camino de los cautivos?
    • ¿Qué consuelo nos da que el rey que vaya a la cabeza?


  6. La culpabilidad de los dirigentes (3:1-12). Este capítulo está compuesto por tres sermones acerca de los malos líderes que gobernaron en Jerusalén durante el reinado de Acaz, el cual hizo lo malo ante los ojos de Yahweh. En el primero (3:1-4), Miqueas anunció el mensaje de Dios sobre el sistema judicial injusto. El segundo sermón (3:5-8) trata acerca de la actividad de los falsos profetas y adivinos que profetizaban para obtener beneficios. El tercer sermón (3:9-12), es una acusación en contra de los dirigentes políticos y religiosos. Un día Dios destruiría Jerusalén y su templo.
    • Primer sermón (3:1-4). Las primeras palabras introducen el  sermón que va dirigido a las clases gobernantes, los príncipes y las autoridades de la casa de Israel y Judá del tiempo de Acaz, pero que en realidad señala a las del siglo siguiente cuando Jerusalén sería destruida. El imperativo "oíd" seguido por "ahora" reclama una atención especial a sus palabras porque ellos eran los responsables de conocer la justicia e impartirla y la habían transgredido. La palabra hebrea mispat (lo que es justo, el derecho o la justicia), se refiere a la aplicación de los principios de la justicia a situaciones concretas, es decir, la forma de administrarla en los tribunales. Estos principios del derecho no solamente habían sido desviados para poder obtener beneficios personales, (lo que se llama cohecho) sino que habían sido usados para ir en contra de la bondad, aborreciendo lo bueno y amando lo malo. Desafortunadamente este mal no ha desaparecido del mundo.       

      • * Los vv. 2 y 3, explican lo que ellos hacían, ya que eran los encargados de la fiel administración de la justicia y de cumplir la ley de Dios, pero habían usado el poder solamente para cometer injusticias explotando de manera despiadada al pueblo, manifestado de manera muy gráfica por la figura de quitarles la piel y la carne y dejándolos en los huesos.  Pero aún los mismos huesos eran rotos y la carne descuartizada preparada para ser cocida en la olla o en el horno. La fuerza expresiva de estas metáforas pone de relieve el grado de maldad de unos gobernantes impíos.

      • * El v. 4, es un aviso de que cuando venga el juicio sobre la nación y los invasores sean una amenaza de destrucción de las posesiones que habían obtenido fraudulentamente y hasta sus propias vidas, entonces estos dirigentes buscarán a Yahweh, pero él no les responderá, sino que esconderá su rostro de ellos por haberle dado la espalda, pero sobre todo debido a sus malvadas obras. Eso sucedió en destrucción de Jerusalén (587 a.C.)

    • El segundo sermón  (3:5-8). Ahora la condena va dirigida a los profetas que anunciaban  sus mensajes según el dinero que recibían, es decir, en este campo de la religión había también corrupción.

      • * En el v. 5, los deshonestos gobernantes y jueces recibían el apoyo de los profetas populares que predicaban mensajes de falsa seguridad cuando con el estómago lleno invitan a la paz y con el estómago vacío declaran la guerra a los que les niegan el sustento. La versión (LBLA) traduce de manera muy expresiva: "cuando tienen algo que morder", donde el término "morder" es el mismo que se usa en hebreo para referirse a la mordedura de las serpientes. Estos profetas, en vez de ser verdaderos hombres de Dios, y condenar los pecados del pueblo se habían convertido en profesionales de la religión que solo buscaban el lucro personal y estimaban  los valores mundanos. 

      • * En los vv. 6,7, la frase "se os hará noche" significa que vendrá sobre ellos el   juicio y la desesperación  expresado por la oscuridad y las tinieblas (Am. 5:18, Sof. 1:15). "Tendréis noches sin visiones, oscuridad sin presagios, el sol se ocultará de estos profetas; ¡el día se les volverá tinieblas!" Como no tienen la verdadera palabra de Dios, estarán completamente a obscuras sin la luz de la revelación divina. En lugar de profetas (v.7), otros traducen por videntes como sinónimo de adivino. La adivinación estaba condenada en Israel, especialmente la que aparece aquí (qosemim=adivinos) ya que se trata de una actividad propia del mundo pagano (Lv. 19:26, Dt. 18:9-14, 2 R. 17:17, 21:6). Estos, pues, serán avergonzados cuando en el día del castigo de Dios estarán completamente desacreditados para poderles decir a las gentes lo que va a suceder, porque Dios les tapará la boca ya que no les dará respuesta.

      • * En el v. 8, por medio de la conjunción adversativa "mas" (pero) contrasta a los falsos profetas con sus mensajes inventados y el profeta verdadero, Miqueas, el cual aunque es impopular, porque a la gente no le gusta que les hablen de castigo, ni que les reprochen su pecado, tenía algo que los falsos profetas no podían siquiera soñar: estaba lleno de poder del Espíritu de Yahweh y lleno de justicia y de fuerza para echarles en cara su delito. Es con esta autoridad que profetiza, cuyo mensaje verdadero vendrá respaldado por su cumplimiento.

    • El tercer sermón (3: 9-12). De manera semejante al primer sermón, aunque con algunos cambios, el profeta se dirige ahora no solo a los líderes de Israel y a los profetas de manera específica, sino que incluye también a los sacerdotes que actúan de la misma manera que aquellos. Además anuncia la ruina de Jerusalén.

      • * En los vv. 9,10, "oíd" en lugar de un imperativo es un rogativo. No se menciona a los principales como en 3:1, sino  a los jefes de las casa de Jacob y las autoridades menores de Israel (sinónimo de Jacob), los cuales, en vez de perseguir a los delincuentes, se habían convertido ellos mismos en criminales. Como despreciaban la justicia y torcían el derecho, no podían construir a la sociedad por medio de esos valores. Entonces, la edificaban sobre el fundamento de la injusticia y el crimen.

      • * En el v. 11, los jefes que tenían la responsabilidad de tomar las decisiones correctas, eran jueces que estaban dispuestos  a dejarse sobornar, que es lo que significa el término "cohecho". Como podemos ver este tipo de corrupción viene de muy antiguo. Los sacerdotes eran los responsables de instruir al pueblo en la ley de Dios (Lv. 10:11, Dt. 17:11, 33:10), los cuales recibían su sustento de las ofrendas como estaba señalado en la ley (Lv.2:10; Nm. 18:20-21;  Dt. 14:29, 18:1-8) pero ellos además cobraban por su servicio de instruir al pueblo de manera que los pobres no podían disponer de la ayuda que les podían prestar. Asimismo, los profetas también ejercían su ministerio por dinero. Además, ambos no tenían empacho en decir que gozaban de la protección divina por el hecho de estar sirviendo en el templo los sacerdotes en donde estaba la presencia de Dios. De ahí que tuvieran tanta confianza de que sobre ellos nos vendría ningún mal sin que importara su estilo de vida.

      • * El v. 12 los saca de su error. Será por su culpa que la destrucción vendrá sobre Jerusalén, porque Dios no solo les retirará su protección de sus enemigos, sino que el templo que pensaban era un talismán que les protegería, sería reducido a  ruinas, convertido en un campo arado y la montaña en donde estaba situado quedaría convertida en un matorral (Jer. 26:18-19). Por este texto sabemos que Ezequías temió al escuchar estas palabras y oró al Señor para que por su misericordia no destruyera el templo, cuya ruina  fue aplazada hasta décadas más tarde.


    Preguntas para reflexión y aplicación

    • ¿Qué nos enseña este texto sobre los dirigentes en general?
    • ¿Qué pasaría con sus posesiones?
    • ¿Cómo sabemos que los profetas eran falsos? ¿Cómo detectarlos hoy?
    • ¿Por qué prohíbe Dios la adivinación?
    • ¿Por qué fueron reprendidos los sacerdotes? ¿Qué diría Dios de nosotros? 

     

  7. Un presente negro y un futuro dorado (4:1-5). Seguramente Miqueas conocía los salmos sobre Sión (Sal. 46-48) y los del gobierno universal de Dios (Sal. 96-99). En cuanto a la  profecía es prácticamente idéntica a la de su contemporáneo Isaías (2:2-4), pues probablemente la recibieron ambos. En estos versículos se observa que están extraídos de los salmos para describir el futuro glorioso de Sión que contrasta con la predicción del final del capítulo anterior. Pero es que después del anuncio de la destrucción, viene el mensaje de la restauración que no se queda en el retorno del exilio y la construcción del segundo templo, sino que va más allá, al elevarnos al reinado universal de Yahweh.

    • En los últimos días (vv.1-2). Frase idéntica a la de "en los últimos tiempos" pues ambas son sinónimas. En la Septuaginta se lee "esjaton ton emeron" (el final de los días). Se trata de una frase usada por los profetas para referirse, no a los días inmediatamente anteriores al establecimiento universal del reino de Dios, sino a la época mesiánica que va desde la primera venida de Cristo hasta su regreso glorioso con que se cierra los últimos tiempos (Is. 2:2, Jer. 23:20, Ez. 38:16, Os. 3:5, Dn. 10:14). El monte de la casa de Yahweh, es en  una visión simbólica del monte Moriah (2Cr. 3:1), que la observa el profeta levantado por encima de las otras montañas, pero la importancia de  la figura se halla en que se trata de la exaltación del reino de Dios sobre los demás reinos de la tierra. Vendrán muchas naciones, es decir, los gentiles que vendrían al reino de Dios. No se contempla que vengan de manera espaciada, sino con una afluencia enorme como una riada de gente. El verbo "vendrán" tiene la misma raíz que la palabra "río". Su entrada en  el reino de Dios tiene como objetivo de ser enseñados por Dios sobre la verdad que salva y en consecuencia para andar en sus caminos, es decir, para tener un estilo de vida o conducta en conformidad con la enseñanza recibida. Los gentiles convertidos conocerían la revelación de Dios que en Cristo nos muestra tanto el camino de salvación como el de santificación.

    • Una era de paz universal y eterna (vv. 3-4). Antes de esto tiene lugar el juicio de las naciones en tanto que juez soberano. Aunque en este contexto se refiere a Yahweh, no podemos pasar por alto la enseñanza de NT que nos presenta a Cristo como juez y rey (1 Co. 15:24-28). Cuando el Señor asuma plenamente su gobierno sobre todas las naciones, entonces se establecerá una era de paz universal en que las armas de guerra será n convertidas en herramientas útiles, una figura muy apropiada para describir la ausencia de guerra y la existencia del shalom completo. Esto apunta a una era futura que por la mención de que dicha era será eterna (v. 5) que identificamos con los cielos nuevos y la tierra nueva (Ap. 21:1-8) en que la Jerusalén celestial baja a la tierra. Unido a la paz universal y eterna habrá seguridad y prosperidad universales expresado bajo la figura del que reposa tranquilamente debajo de una parra (NVI) y de una higuera. El v. 4 no aparece en el texto paralelo de Isaías.

    • Un compromiso de consagración a Dios (v.5). Confortados sus corazones por la esperanza de un futuro glorioso, los que pertenecen al reino manifiestan  su confianza y consagración a Dios. Andar en el nombre Yahweh significa vivir en conformidad con la voluntad de aquel a quien se sirve. El nombre de Yahweh, incluye toda la personalidad y el carácter de lo que él es tal como se ha revelado.

    Preguntas para reflexión y aplicación

    • ¿Qué valor tiene para nosotros que algunos salmos traten sobre el gobierno universal de Dios?
    • ¿Qué significa la frase "en los últimos tiempos" desde la perspectiva del profeta?
    • ¿Cómo debe conducirse el súbdito del reino a la luz de este pasaje?
    • ¿Qué funciones realizará Cristo antes de la era de paz universal?
    • ¿Qué encierra el nombre de Yahweh?

  8. La perspectiva de los días buenos (4:6-5:15).  Empieza esta sección con la indicación del tiempo, "emera ekeine" (en aquel tiempo) en que tendrían lugar las cosas mencionadas en el punto anterior con relación a la futura restauración de Sión bajo el gobierno de Dios.
    • En el reinado de Yahweh (vv.6-8). En la era futura del cumplimiento mesiánico sucederá la restauración del pueblo de Dios cuando Yahweh reúna a las ovejas lastimadas, dispersas y maltratadas. Con las ovejas heridas y desterradas formará un remanente, una nación poderosa para reinar sobre todas ellas. Nuevamente surge la idea del remanente (cf. 2:12-13) siendo estos versículos paralelos a los ya mencionados y a los que seguirán. El Señor reunirá a aquellos que cojeaban  y estaban descarriados y afligidos a causa del exilio babilónico, pero una vez ha pasado el exilio han sido restaurados y los ha colocado en el remanente de judíos convertidos, es decir, la totalidad de los restos fieles a lo largo de la historia, la suma de todos los remanentes. Yahweh, o el Mesías tomará posesión de su trono, desde ahora y para siempre, es decir, eternamente (Ap. 12:5). En la versión griega se lee "aion" que significa "eterno", el mismo término que se usa  en el NT para "vida eterna". En el monte o colina de Sión estaba una torre que era una fortaleza que alude probablemente a la que edificó Jotam, el abuelo de Ezequías (2 Cr. 27:3-4). Se le denomina torre del rebaño porque desde ella podía vigilarse el rebaño de Israel, de la misma manera que había atalayas edificadas por los pastores para observar a los animales rapaces o cazadores furtivos que podían dañar o robar las ovejas.
    • Exilio y restauración de Judá (vv.9-13). El profeta vuelve al tiempo del juicio de Judá en que debido a la infidelidad del pueblo sería privado de unos líderes de la talla que tenían aquellos que formaron parte de la dinastía davídica. Les faltaría un rey que fuera sostenido por el poder de Dios y un consejero que supiera conocer la voluntad de Dios y que la cumpliera. Debido a esto, la nación estaría dolida gimiendo, como la mujer cuando está de parto. De manera irremediable, el castigo de Yahweh caería sobre ella porque saldría de la ciudad de Jerusalén que sería destruida y los que sobrevivieran serían llevados al cautiverio babilónico (2 R. 24:15-17). Cuando profetiza Miqueas, el imperio mundial dominante era Asiria, sin embargo, el profeta dice que Judá sería exiliado a Babilonia, que en aquella época era solamente una provincia sojuzgada de Asiria. Como en el caso de Isaías, el cautiverio fue predicho con una antelación de unos 135 años.  Además de esto, anuncia también que de allí les redimirá Yahweh de sus enemigos, un hecho que sucedió cuando Ciro conquistó Babilonia y permitió que los judíos regresaran a Jerusalén (536 a.C.), después de 70 años de cautividad contando a partir de la primera deportación (606 a.C.).
      • * El v. 11 vuelve nuevamente a la época en que los ejércitos de Nabucodonosor y sus aliados pondrán sitio a Jerusalén (588 a.C., 2 R. 24:1 y ss.). El objetivo que se habían trazado era destruir la ciudad y el templo, ya que se usa la palabra profanación que tiene un sentido religioso. La frase "vean nuestros ojos su deseo en Sión", es una traducción literal de un modismo (un dicho) hebreo. La forma del verbo hebreo "ver" aquí implica la existencia de una gran satisfacción, es decir, malévola y perversa. Por eso, la NVI ha traducido el sentido de la frase: "¡Disfrutemos del espectáculo!"

      • * En el v. 12 comprobamos lo poco que se imaginaban las tropas caldeas que si estaban allí para  destruir Jerusalén que era debido a que  Dios así lo había dispuesto y ellos no eran otra cosa que un instrumento en manos de Yahweh. Pero al mismo tiempo, el texto predice su propia condena  cuando sean juntadas como gavillas en la era para desmenuzarlas.

      • * En el v. 13, tenemos la explicación de la frase anterior. Según parece, el encargado de llevar a cabo el juicio sería la hija de Sión, usando una serie de figuras de destrucción, como el cuerno y las uñas. Sin embargo, el texto hebreo hace a Yahweh sujeto de la frase por el uso de "consagrarás", lo que significa que el pueblo triunfador no se apoderará del botín en beneficio propio, sino que deberá entregarlo a Yahweh, pues le pertenece a él, ya que a fin de cuentas es quien les dará la victoria.   

    • 5.7.3. El advenimiento del Mesías (5:1-6). Como contextualización lógica de la profecía de la deportación a Babilonia, el texto vuelve atrás para arrancar esta sección con una mención a la ciudad de Jerusalén sitiada por las tropas caldeas. La ciudad sitiada, reúne sus tropas para defenderse del ataque enemigo y de ahí la frase "hija de guerreros", un modismo para decir simplemente guerrera o que participa en la guerra. El juez de Israel, el más alto representante de la nación sería herido, es decir, derrotado, una profecía que se cumplió en el rey Sedequías cuando se rebeló contra Nabucodonosor (2 R.24:18-25:7).

      • * El v. 2 nos revela una nueva profecía que es la antítesis  de la del  vencido rey de Israel, anunciando el advenimiento del que será Señor en Israel, es decir, el Mesías. Pero no saldrá de la capital Jerusalén, sino de una modesta población, pequeña para ser considerada entre los clanes de Judá, llamada Belén, la cual, quizás por alguna razón de mayor notoriedad,  es llamada Efrata, su antiguo nombre (Gn. 35:16,19, 48:7, Rt.1:1,2, 4:11). Un nombre que quizás significa "fructífera". En cuanto al origen del Señor de Israel, en hebreo es "yeme olam" (literalmente, los días de la antigüedad), que  ha sido traducido por "desde los días de la eternidad" en RVR60, "sus orígenes se remontan hasta la antigüedad" (NVI), "sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad" (LBLA), "que desciende de una antigua familia" (DHH), "Son origine remonte aux temps passés, aux jours anciens" (LBS). En todas partes esta frase es usada para designar el principio de la historia humana (Dt. 32:7), o de los días de Moisés y Josué (Is. 63:9); o aun en el tiempo de David (Am.9:11, Mi. 7:14).  En el Sal. 90:2, se usa "me olam" y ahí sí que significa "eternidad", pero tal como está en Miqueas con la raíz "ye"(yeme) se refiere solo a la antigüedad. Que desciende de una antigua familia: Probablemente se alude al rey David y a su dinastía. David, que procedía de Belén (1 S 16:1-13), recibió un mensaje de Dios por medio del profeta Natán, en el que se le anunciaba que su dinastía y su trono quedarían establecidos para siempre (2 S 7: 4-16. Cf. Sal 89:3-4; 132:11-12 Is 9:2). En este contexto, pues, se contempla el linaje del Mesías a partir de la fundación de Israel, a las promesas y las predicciones desde los más antiguos tiempos, pero no autoriza a que lo interpretemos como una referencia a su preexistencia.

      • * En el v. 3, si tenemos en cuenta que el Señor de Israel  tiene que venir a su tiempo para redimir a su pueblo, Yahweh los "dejará"  o los entregará a los juicios disciplinarios con el propósito de prepararlos para la venida del Mesías. La que va  dar a luz es la doncella a la que se refiere Isaías (7:14). Algunos intérpretes entienden que podría referirse a la nación de Israel (cf. Ap.12:1-2). Sus hermanos, el remanente fiel, se volverán a él de la cautividad del pecado y del juicio. Probablemente sea una profecía de la conversión de los judíos a Cristo, las ramas reinsertadas en el olivo. G.L. Archer, sugiere que también puede incluir a los gentiles, las otras ovejas que no son de este redil (Jn. 10:16).

      • * En el v. 4, aparece el Mesías como el buen Pastor que apacentará a su pueblo con poder y con grandeza de Yahweh. ¿Cómo apacienta el Señor a sus ovejas? Con su Palabra  que es  él mismo,  el pan de vida que descendió del cielo (Jn. 6:27 y ss.). Por este motivo gozarán de plena seguridad (Jn. 10:28). El poder salvador del Señor se extenderá hasta los confines de la tierra a media que el Evangelio penetre en todas partes en cumplimiento de la gran comisión. Aunque todavía quedan muchas personas que no han escuchado el Evangelio en el mundo, prácticamente ha llegado a casi todas la naciones en la actualidad a excepción de las de la  ventana  10/40.

      • * En los vv. 5-6, el Mesías constituirá la paz y el bienestar (el shalom) de su pueblo cuando sea atacado por sus enemigos, en este caso, los asirios, que fueron los invasores y que finalmente se llevaron cautivos a los habitantes del reino del norte, Israel. Como aplicación se puede incluir aquí  a todos los enemigos del pueblo de Dios desde aquel momento en adelante, es decir, los babilonios, las naciones circundantes y los imperios que vendrían después. Asimismo, se puede decir de los enemigos de la Iglesia de todos los tiempos. Pero entonces se levantarán los líderes que guiarán al pueblo a la victoria. Sin embargo, será Dios el que eliminará de su pueblo todos los soportes humanos, como las fuerzas militares, los recursos mágicos e idolátricos, para que él sea la única esperanza de paz de su pueblo. El número siete representa lo completo y perfecto que será este liderazgo, que sería suficiente, pero se añade uno más para asegurar que serán competentes.

    • El triunfo final de Dios (vv.7-15). Nuevamente hallamos una referencia a un resto de verdaderos creyentes que traerá frescura y bendición, como el rocío y las lluvias en medio de muchos pueblos, bendición que se extiende por medio de la predicación del evangelio entre los gentiles. Pero por otra parte, hay también una nota de juicio sobre las gentes que lo han rechazado, por cuanto en lugar de ser de bendición será de destrucción, expresada por medio de dos símiles: el león entre las bestias de la selva o el cachorro de león entre las manadas de las ovejas. En ambos casos no habrá posibilidad de escape, es decir, será irresistible y completa, lo que probablemente este pensamiento nos lleve a la consumación final, como pone de relieve la acción de Dios "alzando su mano" destruyendo a todos los adversarios de su pueblo (vv.7-9). Desde el v. 10 hasta el final del capítulo, tenemos una descripción pormenorizada del juicio de Dios que gira en torno al verbo "destruir". El juicio  viene por la intervención directa de Dios al tomar el control y destruir las armas de guerra que se usaban en aquella época, como son los caballos y los carros y las fortalezas. En estos versículos pasamos del juicio de las naciones enemigas a la purificación del pueblo de Israel de todas sus contaminaciones y que es el motivo de su castigo. Empieza por las hechicerías y los agoreros,  es decir, designa a los hechiceros y exorcistas que empleaban fórmulas mágicas para hacer que los malos espíritus les ayudaran, o para obligarlos a dejar de atormentar a sus víctimas. Los efectos sobrenaturales deseados tenían que ver con los hombres, los animales y las fuerzas de la naturaleza. Los textos no siempre distinguen limpiamente entre el encantamiento y la adivinación (Nm. 23:23; 24:1; 2 R. 17:17; Jer. 27:9) y otras formas de ocultismo, todas ellas formalmente prohibidas por la ley de Moisés (Dt. 18:9-14), en la que la pena para hechiceros, como para los evocadores de muertos, era la muerte (Éx. 22:18; Lv. 20:6, 27). Los profetas predijeron el castigo que les sobrevendrá (Mi. 5:12; Mal. 3:5). Asimismo, Dios destruiría la idolatría en que habían caído. Se enumeran aquí todo tipo de ídolos que había en el siglo VIII a.C., como por ejemplo, las esculturas, las imágenes que representaban a los dioses que adoraban en los lugares altos, con mención especial para Asera, la divinidad femenina consorte del dios Baal. Notemos como la astrología, la adivinación, el espiritismo y toda clase de aberraciones espirituales están de moda en esta descreída sociedad en que vivimos. La ira de Dios, expresión de sus justos juicios, caerá sobre todas las naciones, como podemos ver en Apocalipsis, primero de manera parcial (las trompetas) y luego totalmente cuando se derramen las copas de la ira (Ap. 16:1-21).    


    • Preguntas para reflexión y aplicación

      • ¿Cómo reunirá Dios al remanente?
      • ¿Cómo se describe el cautiverio de Judá?
      • ¿Cómo restaurará Dios a su pueblo? ¿A quién anuncia?
      • ¿Con que figuras se describe al Mesías?
      • ¿Qué contaminaciones espirituales siguen presentes en nuestra sociedad?

  9. Dios contiende con Israel (6:1-16)

    Según los eruditos, este capítulo constituye un discurso separado que se considera que va dirigido al reino del norte en los años en que el reinado de Oseas (730-722 a.C.) iba en declive (2 R. 17:1-6). Esta idea viene refrendada por la referencia que se hace a Omri y Acab en el v.16. Asimismo existía un sentido en que la maligna influencia de la dinastía de Acab infectó también a Judá por medio de su hija Atalía que usurpó el reino del Sur, del 841 al 835 a.C. (2 R. 11: 1-3). El baalismo de esta reina fue el medio que influyó en la preparación de la apostasía de Acaz (743-728, 2 R. 16:1-4 y ss.). Por estas razones, podemos hacer extensiva esta profecía a Judá y no solo circunscribirla a  Samaria.

    • Invocación a los montes (vv.1-3). Los montes, collados y cimientos de la tierra son invocados porque habían sido testigos de las misericordias de Dios para con su pueblo desde el tiempo del éxodo y la conquista; de ahí que  fuera apropiado acudir a los montes y cimientos ya que no se movían de su lugar.  Asimismo, era algo propio de los profetas (cf. Is. 1:2) el uso de esta fórmula para mostrar la infidelidad e ingratitud de ellos. El Señor pleitea con su pueblo y lo hace con una pregunta que ellos eran incapaces de responder: ¿qué te hecho, o en qué te he molestado? Vemos aquí la condescendencia del Señor que se acerca a ellos llamándoles "mi pueblo" a pesar de que Israel, y Judá en su momento, le hayan dado la espalda yéndose tras los dioses paganos. Es como si dijera: ¿tenéis alguna queja contra mí? En realidad Yahweh solo les había hecho bienes. Así pagaba aquel pueblo ingrato la misericordia del Señor hacia ellos. Una traducción alternativa puede ser esta: "Levántate, presenta tu caso ante las montañas; deja que las colinas oigan tu voz. Escuchad montañas, la querella de Yahweh; prestad atención, firmes cimientos de la tierra; Yahweh entra en juicio contra su pueblo, entabla un pleito contra Israel: "Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¡Dime en que te he ofendido!"

    • Las pruebas históricas de la misericordia divina (vv.4-5). Los judíos habían tratado a Dios como si hubiese obrado injustificadamente contra ellos, cuando no tenían ninguna evidencia de esto. Lo que podían decir de Yahweh era que los había mostrado su misericordia y llenado de bendiciones, librándonos de sus enemigos. Cuando eran esclavos en Egipto, los había redimido y hecho subir a una tierra prometida bajo la dirección de Moisés, Aarón y María. Asimismo debían recordar que había cambiado la maldad de Balac rey de Moab en beneficio de ellos y que el profeta Balaam que había sido llamado para que los maldijera, fue usado por Dios para que pronunciar su bendición sobre ellos (Nm. 22-4).

    • La adoración verdadera (vv.6-8). El pueblo pretende responder a las exigencias de Yahweh comprando su misericordia por medio de abundantes sacrificios que erróneamente piensan que con ellos podrán adorar a Dios. Como dice un comentarista se trata de: "un juicio por no acercarse a Dios a la manera de Dios".Querían presentarse ante Yahweh y adorarle con millares de carneros o diez mil arroyos de aceite o entregando a su primogénito por su rebelión. Todo esto era un gran despropósito, porque iba mucho más allá que lo prescrito en la ley de Moisés. Incluso pretendían aplacar la ira de Dios con la práctica pagana del sacrificio de niños, como habían hecho los reyes de Israel  (2 R. 16:3, 17:17). Esta práctica estaba terminantemente prohibida en el Pentateuco porque era abominación a Yahweh (Lv. 18:21, Dt. 18:10; cf. Gn. 22). Pero ellos habían abandonado la ley de Dios y caído en una práctica pagana de las más repugnantes. A esta pretensión del pueblo tratando de soslayar el arrepentimiento y la entrega a Dios con abundantes donaciones, responde Dios por medio del profeta con una propuesta que les señala el verdadero camino que deben seguir en una auténtica adoración que es una verdadera manera de vivir. El vocativo ¡Oh hombre! No significa que incluye a todo ser humano como si presentara una religión por obras, sino que estas palabras van dirigidas al pueblo del pacto en el sentido de que lo que Dios busca de su pueblo no son los sacrificios o la religiosidad, sino un estilo de vida de acuerdo con su condición miembro del pueblo de Dios. Dicen los judíos que Moisés transmitió 613 mitsvot (mandamientos) en la Torah. David los condensó en 11 (Sal. 15); Isaías los redujo a 6 (Is. 33:15-16) y Miqueas aquí los resume en 3 (v.8). Por último,  Isaías, más adelante los deja en 2 (Is. 56:1). Lo que Dios pide es una fe viva y verdadera, la cual se manifiesta en obediencia y amor. ¿Cómo se concreta esta fe verdadera? En primer lugar, por una voluntad de hacer justicia (mispat) de acuerdo con los principios revelados en las Escrituras. En segundo lugar, amar misericordia, no meramente tenerla, sino amarla, es decir, la lealtad y el amor al pacto (hesed), lo que incluye tanto la consagración de la lealtad y el amor entre marido y mujer, padres e hijos, súbditos y rey, como por encima de todas las cosas entre el creyente y Dios. En tercer lugar, humillarte ante tu Dios, literalmente, "hacerse humilde para andar", es decir, tener una conducta de compañerismo con el mismo Señor, en completa obediencia a la enseñanza divina para llevar una vida piadosa, en reconocimiento de nuestras limitaciones personales y estar exentos de todo orgullo. Esta misma idea está expresada en Dn. 10:12.

    • Condena por abusos  económicos y sociales (vv.9-16). Empieza con un llamamiento de Dios dirigido a la ciudad para que presten atención a la advertencia del juicio disciplinario y a Dios mismo que lo ha preparado para la corrección de su pueblo. Los vv. 9-11 han sido traducidos de otro modo en NVI: "Tribu y asamblea de la ciudad, escuchad la voz del Señor, que os convoca,  pues es de sabios temer su nombre. ¡Malvados! ¿Debo tolerar vuestros tesoros mal habidos y vuestras odiosas medidas adulteradas? ¿Debo tener por justas la balanza falsa y la bolsa de pesas alteradas? Estos versículos ponen de relieve que Dios es el ejecutor de la ley moral y ninguno haya cometido engaño sin restituir lo robado, puede esperar el perdón divino. Debido al abandono de las prácticas de la Palabra de Dios y haberse entregado a la deshonestidad y el engaño (vv.12-13), Dios había traído el desastre sobre ellos con el objetivo de conducirlos al arrepentimiento. Expresa lo que acontecerá en el futuro como perteneciente al pasado en RVR60, mientras que la NVI, los dos verbos están en tiempo futuro. En los vv. 14-15, Yahweh anuncia que tendrán una gran inflación económica, porque comerán y no se saciarán, sino que pasarán hambre. Lo poco que podrán recoger no lo podrán retener y lo que consigan guardar se lo llevarán los invasores. Esto producirá una depresión en ellos al caer en el abatimiento (o también "el hambre te devorará interiormente") un término que significa "vacío". Sembrarán, pero no recogerán el fruto de la tierra, ni podrán usar el aceite de las aceitunas que hayan prensado, ni beber el vino de las uvas que hayan pisado. Estos versículos nos recuerdan Hag. 1:6. ¿Por qué causa serán condenados? El v. 16 responde que han seguido los mandamientos de Omri en lugar de los mandamientos de Yahweh. Los mandamientos de Omri son la maldad licenciosa y la adoración de Baal (1 R. 16:23-28) y la obra de la casa de Acab, incluye la matanza de los profetas de Yahweh, así como el asesinato de Nabot (1 R. 16:29-34, 21:25-26). Con motivo de su asolamiento, llevarán el oprobio del pueblo de Dios, es decir, la derrota y el cautiverio que sufrirían en Babilonia.


    Preguntas para reflexión y aplicación

    • ¿Qué evidencias tenemos en nuestras vidas de la gracia de Dios? ¿Sabemos ser agradecidos? ¿Cómo?
    • ¿Cómo podemos acercarnos a Dios a la manera de Dios?
    • ¿De qué forma se sacrifican hoy los niños a Moloc?
    • ¿Cómo se expresa la verdadera fe?
    • ¿Hay balanzas falsas hoy aunque sean electrónicas?
    • ¿Cuál es la verdadera causa de la inflación en todos los tiempos?
    • ¿Cómo castigó Dios a Judá?

     

  10. El poema triste de Miqueas (7:1-7)

    El contexto del lamento fue un tiempo de gran desaliento y soledad (1 R. 19:4,10) como la que sentía el profeta Elías. La reforma llevada a cabo por Ezequías había terminado y el estilo de vida ya no era el piadoso que hubo durante dicha reforma. Puede que el profeta no se refiera a sí mismo, aunque se exprese de manera personal: "¡Ay de mí!" (v.1), sino que se identifique con el Israel espiritual, el remanente que confiesa y deplora su rebelión contra Dios y exprese un estado de ánimo cuando ocurra el  castigo de Dios. Hemos visto en el capítulo anterior que a causa del pecado de Judá, Dios los castigará con una gran inflación y no podrán disponer de los recursos necesarios de la tierra. Aquí, muestra el detalle siguiendo con la misma idea, pero visto desde la perspectiva de los que sufren las consecuencias y se lamentan de la falta de frutos. Pero el lamento no se queda en las necesidades materiales, como son los frutos del verano una vez recogidos, que no queda nada, sino en la degeneración de la sociedad que ha caído moralmente, habiendo desaparecido las virtudes principales como la misericordia y la rectitud moral, o como dice la NVI: "La gente piadosa ha sido eliminada del país, ¡ya no hay gente honrada en este mundo"! (v. 2). El crimen y las bandas de delincuentes corrían a sus anchas haciendo fechorías. El desbarajuste es total, pues unos a otros se tienden redes como el que caza un animal con astucia poniendo trampas. Nadie les ganaba en hacer lo malo, los funcionarios y los jueces exigían soborno, como la famosa mordida en algunos países latinoamericanos y las comisiones en los casos de corrupción en España y otras naciones de Europa. Los magnates, o el grande, no hacen más que pedir y todos complacen su codicia (v. 3). El mejor de ellos es como el espino o más enmarañado que una zarza, el más recto es, más torcido que un espino o un zarzal. Vendrá el tiempo del castigo, el que anunciaron los atalayas, es decir, los profetas de Dios que avisaron a aquella perversa generación lo que iba a ocurrir, pero no hicieron caso, hasta que el desastre los sorprendió y de ahí su confusión, pues no podrían volverse a Dios (v. 4). La degradación  era tan intensa que nadie podía confiar en su prójimo y pone unos ejemplos: no se podía confiar en los amigos, ni en los  dirigentes, ni en la familia, esposa, hijos, padres. El deterioro de la familia es total (vv.5-6). El Señor Jesucristo tomó el v. 6 para enseñar a los discípulos que debían esperar oposición, porque la verdad del evangelio entra en colisión con la mentira y la corrupción de este mundo y de ahí que penetra hasta en el seno de la familia, entre aquellos que quieren seguir a Cristo y los que le rechazan. Por el contrario, el profeta que representa al resto fiel, deposita toda su esperanza en el Dios de su salvación, el único que les escucha y les libra del castigo.

  11. Preguntas para reflexión y aplicación

    • ¿Por qué las reformas que se hacen desde el poder no logran cambiar al pueblo?
    • ¿En que se parece el reino de Judá que sería castigado con nuestra sociedad?
    • ¿Por qué el mundo no hace caso de los avisos, como la crisis, y no busca a Dios?
    • ¿Por qué hay oposición en la familia cuando nos convertimos a Cristo?

  12. Miradas sobre el futuro (7:8-20)
    • La restauración de Judá (vv. 8-13).  ¿Quién es esta enemiga? Si tenemos en cuenta que la mayor parte de los anuncios de juicio van dirigidos a Judá, entonces se trata de Babilonia, a la que el profeta insta a no alegrarse de la desgracia en que se encuentra, porque vencida no quiere decir extinguida, que es lo que los enemigos deseaban. Judá reconoce su caída, sabe que se levantará, es decir,  Dios rescatará al remanente fiel de su destrucción en la cautividad babilónica. Es verdad que en la cautividad estaba en tinieblas, pero un día Yahweh sería su luz. Dios tiene todavía un futuro para su pueblo, una promesa que va más allá del regreso de los cautivos y que revelaría a su debido tiempo (v.8). Como el remanente creyente sabe que Dios cumple con sus promesas de castigo de la apostasía y lo justo de su castigo, soportará el juicio divino por haber pecado contra Yahweh. Confiará en que Dios le haga justicia, tanto en lo referente al castigo de los enemigos que se alegran de su desgracia, vindicando a su pueblo, como el cumplimiento de su promesa de salvación (v.9).  Todo esto conducirá a que los enemigos que se burlaban de ella, no solo lo verán, sino que se cubrirán de vergüenza. Los que preguntaban en tono de burla al verla derrotada, "¿Dónde está Yahweh tu Dios?", serán castigada  de tal manera que el pueblo de Dios contemplará con sus propios ojos su desgracia expresada con una figura muy descriptiva: "será hollada como lodo de las calles". Tanto Asiria, como Babilonia, cayeron bajo el poder de sus invasores; la primera por la conquista de la segunda y esta por el poderío medo-persa (v. 10). La restauración tendrá lugar cuando Judá regrese a Jerusalén desde del exilio en que edificaron sus muros, tal como vemos en el libro del profeta Nehemías, vendrán de todas partes para reunirse allí. Sin embargo, esta profecía tiene un alcance mucho más amplio que el limitado al período post-exílico, ya que se remonta a una época futura  en que se reunirá todo el pueblo de Dios, así como la destrucción final en juicio sobre toda la humanidad, las siete copas de la ira de Dios de las que nos habla Apocalipsis 16, un juicio perfecto y completo (vv.11-13).

    • El gobierno del pastor (vv.14-17). Después de la destrucción de las naciones rebeldes del mundo, el Pastor divino se hace cargo de su pueblo redimido, el remanente fiel compuesto de todos los que salvados, el rebaño de su heredad,  de todo pueblo lengua y nación. A este rebaño lo dirige a los más fértiles pastos para que pueda comer y descansar, como aquellos que compara de los tiempos antiguos que había en Basán y Galaad (v.14). Su gobierno se compara con el ejercido cuando salieron de Egipto después de  haberlo redimido de la esclavitud, en que Dios hizo grandes milagros (15). Ante la manifestación del poder divino, las naciones se avergonzarán de su prepotencia y sorprendidas se pondrán la mano en la boca y sus oídos se ensordecerán (v.16). Ante el extraordinario gobierno de Yahweh, los impíos temblarán de miedo y se arrastrarán por el suelo como serpientes. No se volverán a Dios en arrepentimiento, sino por temor a Yahweh (17).

    • Un himno de alabanza vv.18-20). Después de contemplar un cuadro tan excepcional del triunfo final de Dios, el profeta pone un digno colofón a su profecía por medio de un himno de adoración, en que subraya la grandeza de Dios por su misericordia, al haber perdonado la maldad del remanente. Y se da una paradoja, el Dios Omnisciente que conoce todas las cosas, se olvida del pecado de su verdadero pueblo, pero no porque Dios sufra de amnesia, sino porque el pecado ha sido expiado, que es la única forma de que pueda limpiarse. Solo en virtud de un sacrificio, Dios puede mostrar su misericordia (hesed, como en 6:8 que equivale al ágape en la que se deleita). El perdón de Yahweh significará la completa eliminación del pecado y la culpa sepultados en lo profundo del mar, otra figura muy gráfica. Así cumplirá Dios plenamente todas sus promesas hechas a Abraham y a los patriarcas. Con esta solemne nota de triunfo pone punto final a esta extraordinaria profecía.  

    Preguntas para reflexión y aplicación

    • ¡Cómo vemos nosotros el futuro que nos aguarda?
    • ¿Cómo entendemos el gobierno universal de Dios en un cielo y una tierra nuevos? (Ver Ap. 21-22).
    • ¿Somos conscientes de la importancia del perdón que hemos recibido del Señor?
    • ¿Qué significa para nosotros hoy el triunfo de la misericordia divina?
    • ¿Cuál ha sido la lección principal que hemos aprendido del estudio de este libro?   

 



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