Pedro Puigvert
Introducción
El Dios de toda consolación
La integridad del creyente
Autoridad y sensibilidad
Ansiedad y triunfo en Cristo
Ministros competentes del nuevo pacto
La gloria superior del nuevo pacto
Transformados a semejanza del Señor
El ministerio en vasos de barro
A la espera de una vida mejor
Comparecer ante el tribunal de Cristo
El ministerio de la reconciliación
Implicaciones del ministerio cristiano I
Implicaciones del ministerio cristiano II
Gozo y consolación de Pablo
Las ofrendas del cristiano
La transparencia en las ofrendas
La ayuda para los santos
El gran poder de Dios
Osadía contra los acusadores
La autoridad del ministro de Cristo
Predicar el verdadero evangelio
El sostenimiento de los ministros del evangelio
Un ministerio lleno de sufrimientos
Dos experiencias excepcionales
Vindicación del apostolado
Planes para la tercera visita a Corinto
Exhortaciones al perfeccionamiento
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Se ha escrito que esta epístola, salvo algunos pasajes sueltos, no es excesivamente predicada. Realmente, es una carta especial, la más personal de Pablo, en que sus sentimientos se expresan en varios lugares de la epístola de manera apasionada. Él había sido el fundador de aquella iglesia, pero después de su partida las relaciones pasaron por turbulencias debido a que algunos miembros habían caído en el libertinaje sexual.
También el ministerio de Pablo era puesto en duda por otros desafiando su autoridad apostólica. Y a todo esto, la iglesia no tomaba medidas disciplinarias. Por el contenido de ambas cartas, se piensa que hubo una anterior a la primera y otra posterior, aunque no se conoce el contenido. Algunos opinan que la segunda desconocida formaba parte de la que consideramos (2 Co. 10-13). Según se desprende de 1 Co. 5:9-11, Pablo escribió una carta para poner fin a los problemas de permisividad sexual de los que tuvo conocimiento por las noticias que recibía. Se trata de una carta que no se ha conservado y que se supone era breve. Luego escribió la carta que se conoce como 1 Corintios.
Seguidamente, escribió la carta, que tampoco se ha conservado, y que se ha sido llamada la “carta severa” o “dolorosa” en la que pedía a la congregación que se impusiera al ofensor una disciplina adecuada (2 Co. 2:4). Esta era una carta que había contristado a los corintios y que llegó a lamentar haberla enviado (2 Co. 7:8). Sin embargo, esta carta produjo efectos beneficiosos.
A lo largo de los comentarios podremos darnos cuenta que la carta es una potente refutación de la conducta de unos falsos maestros que Pablo llama irónicamente “grandes apóstoles” y que se habían infiltrado en la iglesia para obtener sus propios fines y que para alcanzarlos estaban desacreditando a Pablo y el verdadero evangelio que él predicaba. La actualidad de esta epístola está fuera de toda duda, porque hoy también circulan falsos maestros con sus destructoras doctrinas que luchan por penetrar en las iglesias y si lo consiguen se apoderan de ellas. Por esto debemos estar alerta y saber desenmascarar a los que vienen predicando otro evangelio.
Los comentarios a esta epístola son los bosquejos de los sermones que el autor ha predicado los domingos por la mañana en la iglesia de la Av. Mistral de Barcelona, desde el mes de febrero de 2018 al mes de abril de 2021 de manera consecutiva y expositiva.
El boletín de la iglesia con artículos, noticias, poesía y las actividades previstas es el período correspondiente. Su publicación es bimestral y se puede descargar