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Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. |
2 |
Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. |
3 |
He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. |
4 |
Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. |
5 |
Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! |
6 |
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. |
7 |
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; |
8 |
pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. |
9 |
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. |
10 |
De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. |
11 |
¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? |
12 |
Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. |
13 |
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. |
14 |
Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; |
15 |
porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. |
16 |
Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. |
17 |
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. |
18 |
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. |