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[Al músico principal. Salmo de David.] Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. |
2 |
Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. |
3 |
No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. |
4 |
Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol; |
5 |
Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. |
6 |
De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor. |
7 |
La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. |
8 |
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. |
9 |
El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. |
10 |
Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal. |
11 |
Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón. |
12 |
¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. |
13 |
Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. |
14 |
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. |